Cálculo y recalentado.

     Debo decir que… es muy bueno. Así es, el recalentado es muy bueno. Ya sabes, eso que queda en la cena de Navidad y Año Nuevo y lo calientan para volver a comer, y más tarde lo vuelven a calentar, y al día siguiente y al día siguiente y al día siguiente y así. Como diría mi maestra de Cálculo “El recalentado siempre tiende a infinito”. En realidad no lo dijo pero estoy seguro que lo ha pensado de esa manera. Pero neta, hay veces que parece nunca acabarse. En fin, no cabe duda que además de una tradición, es parte importante de las festividades de invierno. No puede faltar, nunca.

Sobre las elecciones presidenciales.

Debo decir que... en esta ocasión te voy a compartir a ti, y a muchos fieles (u ociosos) lectores, un texto que me hicieron llegar vía 'inbox' (sí, por Facebook) sobre las elecciones. Levemente satirizado, pero me parece que es eso lo que le da un 'toque fresco', ideal para jóvenes (y no tan jóvenes) como nosotros que por primera vez tendremos la oportunidad de votar, y nos encontramos hasta cierto punto así como "indecisos". En fin, sin darle más vueltas aquí se los dejo, enjoy :

"Ahora sí, la hora de la verdad se acerca, el momento en que los ciudadanos -los verdaderos ciudadanos y no sólo los habitantes de este bello país- hagan valer su voz como miembros de la sociedad “democrática” en que vivimos. Si bien es un concepto que tiene algunas deudas y dudas entre el electorado, no podemos comprobar que no se lleva a cabo.

En el cuadrilátero de las próximas elecciones presidenciales, por un lado tenemos, en la esquina azul, a Josefina Vázquez Mota, la única candidata que, en mi opinión, fue designada mediante una elección interna pulcra. Por otro lado, en la esquina amarilla se encuentra al siempre mediático Andrés Manuel López Obrador, el candidato del PRD, el “guerrero”, el incansable, el defensor del pueblo, de los pobres (según él) y sobre todo, el férreo representante de la izquierda y la política conservadora.

La esquina más atacada -muy ad hoc a su color- es la esquina roja, la del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. La telenovelesca campaña y vida de EPN lo colocan según las encuestas como líder en las preferencias, no sé si por guapo -ojalá que no- o por su capacidad, sus propuestas, porque tiene más cola que le pisen o porque representa el partido más poderoso económica y políticamente del país. Por último pero no menos importante (sólo por cortesía), está el candidato Gabriel Quadri de la Torre y yo agregaría “de Gordillo” (aunque él dice que no es títere de nadie), sobre el cual no quisiera ahondar mucho, no porque no me interese sino porque lo considero 97% (100% - 3%) irrelevante.

Después de varios meses de campaña y escuetamente escuchar las propuestas de los candidatos durante 3 debates (sólo en 2 para el caso de Peña Nieto), después de ver, leer y oír dimes y diretes, descalificación tras descalificación, casi casi jalándose del cabello para macular la reputación de cada uno (como se mencionó en el debate yo soy 132, puras falacias Ad hominem) es ciertamente difícil elegir el candidato ideal para gobernar los próximos seis años; tendremos que conformarnos con escoger al menos peor, al que creamos que va a joder menos al país.

En fin, probablemente todos quisiéramos mejores candidatos, mejores “representantes”, verdaderos idealistas, innovadores, sin embargo como dice el dicho, es lo que hay. Lo único que puedo hacer como un ciudadano más es exhortarlos a que voten, y que voten por el que ustedes quieran, porque a diferencia de lo que algunos dicen, todos los votos son útiles. No obstante, también los convoco a que piensen bien por quién lo harán, si es por Peña Nieto, recuerden el refrán que dice “el que no conoce su historia está condenado a repetirla”, si es por Josefina no olvides reflexionar si México está preparado para ser gobernado por una mujer; y a todos los AMLOVERS, les recuerdo que el voto no es simplemente un acto de fe sino el resultado de un riguroso análisis de propuestas, pero sobre todo, de la viabilidad de las mismas.

Jesús López Sánchez"

fdocuen: No olvides dejar algún comentario, es muy importante que des tu opinión al respecto ya que somos cientos de miles de 'cabrones' los que tenemos el poder de cambiar a México con nuestro voto, y ver diferentes puntos de vista podría ayudarnos a tener una idea más clara de qué es lo que queremos para los próximos seis años.

Las relaciones.

Debo decir que… nos apendejan. Ayer tuve la oportunidad de ir a comer con 2 de mis amigas más cercanas (oh sí, soy todo un ‘player’ perras) y entre plática y plática salió el tema de las relaciones. Aaah, qué tema tan feo, de verdad. Los tres nos quedamos así como de “ . . . ”. ¿Por qué, por qué? A ver, partamos bien en serio: una relación (en esta ocasión, amorosa) se da cuando dos personas de sexo indistinto (es que soy bien pinche moderno y tolerante pues) se interesan el uno por el otro (aaaaww) y muestran sus intereses con pequeños detalles y pendejada y media; ahí es cuando le carga en la madre a más de uno, con lo de las pendejadas. Con eso toco el mi primer punto: la inteligencia. Neta, el amor cómo nos apendeja, nos apendeja demasiado, a todos. Te despiertas pensando en esa persona, te la pasas comiendo de la grande todo el día pensando en esa persona, te desvelas pensando en esa persona y luego, ya que estás a punto de dormirte, te vuelves a acordar y chingó a su madre el sueño. Así pasa, así pasa. ¿Por qué, por qué? Yo no entiendo todavía a la gente que se pasa horas y horas hablando con una persona que le gusta pero no son novios y la quiere pero no le dice y terminan los dos haciéndose tontos el día entero. Y me intriga aún más entender a las personas que se gustan y se dan vergüenza o qué sé yo que nunca se dicen nada y se tratan como amigos. No no no, pero estos son mis favoritos: los que se conocen, se tratan, se caen bien, luego se empiezan a decir ‘hermano/a, mamá/papá’ o sea… ¿qué pedo? ¿Ves que el amor en serio nos apendeja? ¿cuál es el chiste de ser ‘la única especie racional’ en el mundo si algo tan natural, tan cotidiano nos rebaja al nivel intelectual de un Gansito de Marinela? “ju ju.. recueeeeérdame…”. No mames. Luego uno se pregunta porque no tiene pareja/jale… ahí está; chingado. (suspiro) Me ha tocado ver a amigos míos cometer estupidez tras estupidez con tal de quedar bien con su pareja, siempre buscando la aceptación de la única persona que, se supone, lo acepta tal como es. Con eso empiezo mi siguiente punto: la autenticidad. ¿A caso es ‘bonito’ que una persona nos haga ser alguien que, pues.. no somos? A lo que me refiero es que, si no podemos ser nosotros mismos con alguien más, esa persona nos está haciendo daño, quieras o no, terminas siendo y actuando alguien que no eres tú, y ahí valemos madre. “Ay, es que dijo que iba a cambiar por mí”, GOEY, date cuenta…  ¿qué pedo? No digo que todos los cambios sean malos, pero si no puedes ser tú mismo, entonces ¿quién eres?. Ya para terminar: el tiempo. Hay relaciones que duran… uff, neta, parece que ya mañana se casan, o sea… duran años. “ja-ja..” ¿Que si cuál es el pedo de eso? El pedo es que, muchas personas, por estar, como ya dije, ‘apendejadas’ piensan y juran que estarán juntos por siempre, se dan regalos tan estúpidos, tan pendejos, por ‘x’ o ‘y’ motivo, que por cumplir una semana de novios, 2 semanas, 3 semanas, 1 mes, 2 meses… espera, ¿qué? ¿cómo pasaste de la tercera semana al mes y después al segundo mes? ¿Ves que el amor en serio nos apendeja? O sea, está bien que tengas de que un detalle con tu pareja con motivo de un aniversario y bla bla bla, pero no mames… ¿qué es eso de regalarse arreglos gigantes de flores que parecen de difunto, y viajes, y carros, y teléfonos, y laptops, y etc etc cuando apenas llevan 1 mes de novios y 2 meses de conocerse? Pinche sociedad materialista y mamona en la que vivimos que si nos nos regalan algo no nos quieren. Pero eso no es todo, el verdadero problema del tiempo, es que es como la virginidad, cuando lo pierdes ya nunca lo recuperas, ni a chingazos. Yo felicito a mis amigos y conocidos cuando sé que tienen AÑOS de novios, neta.. congrats… pero ¿ya es un hecho que esa es la persona del resto de tus días? “Sí, no sé cómo explicarlo, mi corazón me lo dice”… ah bueno, así sí… es que pues el corazón lo dice y chingada madre tiene razón. Ya, en serio, buen plan. Eso de las relaciones es algo muy complejo, lo digo porque me ha pasado ( JE ), yo cuando ando ‘in love’ neta me apendejo, a lo mejor no tanto como otros, pero “ay wey” pareciera que tengo palomitas (popcorn pa’ los putillos) en vez de cerebro y pues casi casi me la paso comiendo monda. O sea, yo entiendo que el amor nos hace parecer idiotas a veces, y tenemos la equivocada idea de pensar que estamos bien. No señores, el ‘amoooorss’ es algo muy complicado pero ‘bonito’ a la vez, y qué mejor manera de disfrutarlo al lado de una persona que nos acepta como somos, pasar tiempo juntos sin descuidar lo demás y a los demás, compartiéndose cosas (jeje) y dejándose sorprender de vez en cuando con algún detalle que no esperamos. Eso es amor, putos (no se ofendan, es de cariño).

Los otros.

Debo decir que... me ha pasado. Sí, me ha pasado que de repente convivo con gente nueva, con "los otros". En esta ocasión te comparto un fragmento de mi ensayo para la clase de Cine, Literatura y Cultura en el cual debía hacer una reflexión sobre algo que me haya ocurrido con lo que ya mencioné anteriormente, aquí va:
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Y uno podría plantearse lo siguiente: ¿Me ha pasado alguna vez? La respuesta es sí. Por doce años fui alumno del Instituto Chapultepec, (‘el chapule’, ya dicho coloquialmente). Como bien se sabe, ‘el chapule’ es escuela de “hombres”, y la fama que tenemos ‘los chapulines’ entre nuestros amigos y conocidos de otras escuelas generalmente es la siguiente: gays. Piensan que por estar rodeados de hombres (cosa que no es nada placentera pero sí soportable) nos empezamos a gustar entre nosotros. Obviamente no es así. Claro, tampoco diré que no hay uno que otro afeminado o ‘suavecito’ ahí. Para nosotros ‘los chapulines’ es normal escuchar ese tipo de comentarios, y más de nuestros amigos del Tec. ¿Por qué pasa esto? Bueno, no es ningún dato científico ni mucho menos, pero normalmente aquellos compañeros que durante su estancia en ‘el chapule’ mostraron ser más femeninos de lo normal se cambian de escuela; muchos se cambian al Tec. (Ojo: no digo que sólo ellos entren al Tec). Dejaron de ser ‘chapulines’ para convertirse en lo que nosotros llamamos “matrículas”. Así es, así les decimos a los borregos: “matrícula”.

Ahora bien, al graduarme del ‘chapule’ yo también me convertí en una “matrícula”. Y mi experiencia personal fue la siguiente: primer día, entro al Tec, y me doy cuenta que todo era distinto. Ya no estaba con mis amigos de toda la vida. Estaba con gente nueva, algunas caras conocidas pero muy pocas. Estaba con “los otros”, estaba con las “matrículas”. Y honestamente la primer semana fue durísima, no por el ambiente; con tanta tecnología y redes sociales convivir no es problema, sino por las palabras que usaban “los otros” y que yo no entendía. Palabras como: ‘ciber’, ‘cafe’ (de cafetería, no de café), ‘tercio’, ‘DA’, ‘DAE (“¿y fulanito y sultanita? Ah, de seguro andan atrás de DAE”), y la que más odié… ‘Blackboard’. Casi casi hablaban un idioma distinto; igual que en la película, tuve que comunicarme con palabras de uso general para entender lo que estaba pasando (aunque ellos realmente hablaban un inglés muy fregado). En vez de ‘ciber-plaza’ “los otros” dicen ‘la ciber’, yo tuve que decir ‘las mesitas’. En vez de “vamos a cafe” yo decía “vamos a la tiendita”. “-A fulanito le dieron un tercio-”, -¿un qué?-, “-un tercio… uun reporte pues-”, ah sí… es que para el mundo entero ‘reporte’ es sinonimo de ‘tercio’, seguro. Y como ya mencioné, ‘Blackboard’ fue la palabra que más odié en mi primera semana de clases. Hasta el viernes de esa semana me enteré que todos los trabajos y tareas que teníamos que hacer los encontraba ahí. Muy bien.
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¿Qué tal?

El gollete.

Debo decir que… es algo muy bonito. La verdad es que todos, al menos una vez en nuestra vida hemos golleteado; sabes que sí. Si me pidieran definir la palabra “gollete”, sería algo mas o menos como… dícese de la práctica de consumir desinteresadamente y sin costo alguno alimento o bebida ajena de manera ilícita o por insistencia de terceros. Digamos que hay niveles, ciertas… categorías de gollete que podrías fácilmente adjudicarle a tus conocidos. En la casa, en la escuela, en el trabajo, en todas partes hay golleteros. ¿Por qué pasa esto? Pues bien, se debe a que al típico mexicano mamón y cabrón le gusta recibir sin dar, comer sin pagar, pistear sin desembolsar, etcétera, etcétera.  Y uno nunca se salva de ser golleteado porque cuando estás, tranquilamente sin hacerle ningún mal a nadie, llega tu amigo que por ‘ser tu amigo’ se siente con el derecho de disponer de tus cosas (interprétalo como gustes) y con toda libertad toma lo que es tuyo. O tu amiga que por linda y bonita piensa “AH, le voy a quitar a este pendejo, unos ojitos y sonrisita pa’ chingarle su comidita”. Y un sinfín de posibilidades ocurren en torno a esto. Y por favor, no lo tomes a mal, yo soy mexicano y aparte de estar orgulloso de eso, estoy orgulloso también de las prácticas que nuestra cultura nos enseña desde muy temprana edad, como lo es el gollete. Qué cosa tan maravillosa, ver con tanta naturalidad tomar aquello que no te pertenece y no sentir culpa, ni lástima ni nada. Por lo regular ocurre entre amigos, pero en casa nadie se salva… imposible ver el fut con chingaderitas y pendejaditas de sabritas y mamada y media por un lado sin que tu hermano/a, papá/mamá, roomie, jale, etc, sientan que pueden disponer al 100% de lo que no es suyo. Y qué tal en el cine? Estás con una morrita (chava), agusto, viendo la movie, y de repente se le ocurre meter la mano en TUS palomitas, ¿qué pedo? Bueno, ya es algo exagerado sacarse de onda en este tipo de casos, muchos dirán “equis”, y pues sí, es válido. Pero qué pasa cuando eres tú quien tiene la increíble idea de golletear un puñito de palomitas, que cuantitativamente  vendrían siendo así como 6 o 7 unidades (jerga de ingenieros, sorry), AAAAHHH, NOO MAAAAMES… aguas eh, porque si agarras eres un lacra y no no no, valiste madres.

Ya, la verdad es que son puras mamadas mías, tú y yo sabemos que el gollete es como respirar, justo y necesario, nadie está exento de sentir la tentación (y a veces hasta la adrenalina) de coger algo que no es nuestro. Siempre, siempre, siempre nos va a pasar que llegue alguien a tomar descaradamente un poquito de esto o un poquito de aquello. Y aprovecho para compartirte la siguiente anécdota: en cierta ocasión fui a comer mariscos con un grupo de amigos, súper normal, casual aquí en Culiacán. Al llegar, se acomodó cada quién en su silla, todo tranquilo, nos tomaron la orden y… como bien sabrás, los mariscos son buenos fríos o calientes. Algunos pidieron ceviche o aguachile y así, y pues… o sea, qué rico, obvio, y aparte lo que es frío es rápido de preparar, así que a quienes pidieron eso les sirvieron rápido. Mario fue uno de esos que pidió (no sé qué chingados pidió pero el caso es que le sirvieron pronto y comió antes que muchos). A quienes pedimos comida caliente (camarones rellenos) nos sirvieron MUCHO después, por lo que Mario pudo terminar su comida antes de que a mí me llevaran la mía, pero ESPERA!!, no conforme con que ya se había tragado su (repito, no sé qué chingados pidió) el fino muchacho se dio el pinche lujo de agarrar uno de los camarones por los que YO iba a pagar. ¿Tienes idea de cómo me sentí? De por sí el platillo trae como 8 piezas (muy ricas por cierto), y este cabrón chingándose una con aquel descaro de “pff, equis wey…”. Mario, eres un hijo de la chingada, pero eres mi amigo y te aprecio aunque seas bien ebrio, lacra, marro, codo, golletero, asqueroso, dejabajo, imprudente, mamón, presumido, putillo, y todo lo que ya sabes que eres; un abrazo.

Y así termino: el gollete es algo que, cuando lo haces te beneficia; cuando te lo hacen, puede o no afectarte, depende de cómo lo veas. Si te gusta compartir pues adelante, deja que las personas te agarren todo lo que estés dispuesto(a) a dar, pero que valga la pena. Personalmente no me gusta golletear así de buenas a primeras nomás porque sí, mínimo me hago del rogar, ya con eso siento que no me veré tan mal.

Dura, mojada y torcida.

Debo decir que… hace unos días, tuve mi primera vez. Sí, mi primera vez. Fue una experiencia totalmente nueva y única. Pocas cosas cambiaría por lo que sentí en ese momento. Muchos ni siquiera se animan a intentarlo, y sin embargo, a quienes lo hacen todos los días. Para algunos se ha vuelto una necesidad, a tal grado que un buen porcentaje de sus ingresos lo despilfarran en eso que yo probé. Si eres hombre, seguramente alguna vez haz oído la palabra “prostíbulo”. Si eres mujer, seguramente conoces la relación entre cocina-sándwich. Pero ese no es el punto. Lo que quiero decir es que probablemente tu imaginación te ha alejado un poco de la realidad. Se perdona, se perdona. Vivimos en una sociedad que requiere de los apetitos insaciables de un capitalismo aplastante para satisfacer sus necesidades diarias. Tal es el caso del transporte público. Sí, a eso me refería desde el primer renglón. Mi primera vez en camión. Pero previo al viaje que me aventé me ocurrió algo chistoso, algo que sin duda me puso a pensar en la cantidad inmesa de albures que existen y a todas las posibles personas a las que pudo causarle gracia lo que dije; y eso que no era mi intención.

Mi amigo “damken” llevaba consigo una botella de agua, ya sabes… de esas de 500ml, transparente, tapita azul, etc. Como él es muuuuy pinche ecológico le dio vuelta  así como sale en el comercial: http://www.youtube.com/watch?v=0GQt2tOeXHk. Después le volvió a poner la tapita, pero ¡AH!, se la puso pa’ la chingada, así que al agitarla pues.. se le salía un poquito de agua que había dejado en el fondo del envase. Total, yo me encontraba tranquilamente esperando nuestro transporte, digo tranquilamente porque te diré que no salté de alegría porque me iba a ir en camión, no por hacerle el fuchi ni nada, pero pude haber conseguido un raite y ya; el caso es que mientras pacientemente esperábamos (él y yo) nuestro camión (no nuestro, sino al que nos íbamos a subir), yo lo enfadaba, echándole carrilla con la niña que le gusta, preguntándole mamada y media y así. Y él, en vez de solamente reírse, me pega con la botella.

Yo: “-Auch. Me dolió. Wey, enserio me dolió.”

Él: “-Wey… fue con la botella, no mames.”

Yo: “-Pues sí, pero me diste. Con la punta. Dura. De la cosa. Mojada. Y torcida.”

Aaaaah… nos hicimos unas caras “DAFUQ!?” que bastaron para que me dieran ganas de compartírtelo en mi blog. Y pensar que probablemente malpensaste todo desde el principio, si fue así..debo decir que… eres un completo enfermo sexual sin remedio (o enferma, si eres mujer o puto).

Y bueno, hace casi un mes dije que iban a ganar los Pats..y no ganaron. Mínimo le fuí fiel a mi equipo hasta el final (y llegaron a la final), no pinche raza que "Ay, #ForeverGreenBay" y POOM que se los trozan los New York Giants. No importa, no importa.. estoy contento con el resultado, fueron los primeros dos equipos que vi en un SuperBowl, el número XLII para ser exacto. Fue como un deja vú ver a Eli ganarle a Brady de nuevo, como revivir mi infancia. 

Ya tienes planes para el 14 de feb? Ponte pilas antes de que te bajen a la morrita, si no.. uff, trozado. Y tú niña? Ya conseguiste las velas y el baby doll para una noche inolvidable?? Qué esperas? Anda corre. Te quedan 7 días!!

Trabajo en equipo.

Debo decir que… es casi magia. De verdad, esta semana tuve la oportunidad de –por primera vez- hacer un trabajo en equipo con niñas. Si me conoces…seguramente sabes que toda mi vida estuve en “escuela de hombres”, y es por eso que nunca había hecho ningún trabajo de ese carácter. 

En fin, resulta que, en este equipo de 5 integrantes, yo era el único hombre. Y… ¡NO MAMES!, nunca en mi vida había hecho ningún trabajo en equipo que fuera TAN fácil y que saliera TAN bien. Por ejemplo: para mi lo normal siempre había sido que, en equipos de 4-6 uno fuera así como “el líder” y los demás conseguían materiales, información, otro era el de las vueltas (carro), otro el chalán, otro el que ponía la casa (para juntarse a hacer el trabajo, *porque luego me alburean*), etc etc etc. En esta ocasión, mi compañera Melissa se aventó el rol de “líder” y me dio indicaciones precisas de lo que debía hacer. Estoy convencido de que mi naturaleza mandilona me facilitó acatar esa orden porque, al final de cuentas, prefiero seguir instrucciones claras… que tener una iniciativa equivocada o que no sea del agrado de mis compañeros (en este caso, COMPAÑERAS). 

Esa es una de las razones por las que el trabajo se volvió sencillo porque,en otro escenario, o sea…con puro vatillo, nos habríamos juntado seguramente en la casa del que tiene la sala más cómoda para echar la hueva, o la mesa de billar más chingona para jugar cuando acabaramos, o el que tiene el juego de no sé qué para calarlo porque era nuevo, o el de la hermana más buena, o el que estuviera más cerca o más pinche lejos de todos, etcétera. 

Otro punto importante es que, no sé cómo, pero de alguna manera mis compañeras estaban así como que conectadas, o sea… una hacía algo y otra le seguía como si de manera automática tuvieran ya la idea final de cómo debe ser el trabajo, cosa que… en anteriores ocasiones, habría sido más bien como:

Líder: -“Ey w, hay que hacerle así..”
Vato 1: -“Simón”
Vato 2: -“AH!, y le ponemos esto w..”
Vato 1: -“AH!, simón w”
Vato 3: -“Yo digo que mejor así…”
Vato 1: -“Sí w, la neta está más pelado”
Vato 2: -“Y quitamos esto?”
Líder: -“Sí w, mejor así, más pelado”
Vatos 4,5,6: (comíendosela toda.)

Me refiero a que, difícilmente llegamos a estar de acuerdo así a la primera, y que mientras más ideas aportan los integrantes, más chinga a su madre la primera idea, porque como que se va olvidando y así, y terminas con algo totalmente diferente a lo que habías visualizado al principio. Total, regresando al equipo de 4 niñas y yo (4+1), después de casi 5 horas de trabajo, sentí que no había hecho nada, y efectivamente, no hice nada, mas que buscar unas cositas y llevar algo de material, pero… yo me sentía “mal” porque ellas se echaron todo y yo ahí nomás comiendo (comida no), luego me di cuenta que, el trabajo estaba muy bien hecho y todos habíamos aportado algo, pero ¿por qué segupi con ese presentimiento de que no había hecho ni madres? AAAAHH…. Es que, TODOS trabajamos. Por primera vez un equipo en el que todos los integrantes hacían algo. Era magia, la neta. Nunca había tenido el privilegio de estar en un equipo así, además de que mis compañeras son súper creativas y divertidas y estubo súper agusto trabajar con ellas.

Conclusión: por mi experiencia personal, podría decir que un equipo donde hay niñas, rinde más que el de puros vatillos. Uno donde es 50/50, pues… no sé. 

Si tú tienes alguna anécdota parecida o quieres hacer algún comentario al respecto, déjalo aquí abajito, no cuesta nada. Saludos!

**NOTA: Lo que está en azul es mame.